Soneto de las noches de ayer

A mis padres y sus libros
carcomidos de polillas.

Mi pueril mano escribió "Egisto",
Némesis era una flor en la portada,
las niñas a cierta edad son avanzadas
y diestras forjadoras de su destino.

A veinte años de aquel arrebato
mi mano adulta alcanzó el libro,
será que en su misterio mi camino
hallará solución, en su pasado.

Vaya de tu prodigio, casita pobre
que en el barrio alzaste biblioteca
particular e hiciste de mi, noble.

Y qué de la límpida trompeta
que tocó mi madre noche a noche
cuando sin luz leyó, para mi guerra.

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