Fugacidad

Como miradas que se cruzan a bordo del metro,
como volutas de humo,
como el río,
este pequeño amor que fue de suyo, tuyo y mío,
no tuvo fin, 
se quedó a morar en su cerrado mundo.

Que no te lo quite nadie, que te arda este secreto,
herida bajo la ropa 
disimulada. 
Este fugaz relámpago nos iluminó la cara
dejándonos
los ojos cautivos de sus formas.

No es más que un trance la sensación del tiempo,
la duración de lo fatuo
contiene
la mañana y la noche que acumuladas vienen
del universo,
para qué poner lindero a todo el espacio.

Que no te lo quite nadie, que te guste este pequeño
amor que tuviste tanto
para saciarte el hambre
como para llenar la memoria de naderías gigantes
y diminutos
colosos del sueño y el espanto.


Recuerdo de una primavera breve,
del fuego y los retoños. Gracias GR.

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