Mi sexualidad sigue fluyendo, cada día me entiendo más. No sé si al fin llegué adonde iba en los últimos años, pero sí sé que estoy feliz de haber encontrado una palabra para definirme. Hace muchos años, cuando vi aquella palabra por primera vez, me dejé convencer por la posición de una lesbiana feminista que la había apropiado para definirla según sus temores. "No es nada... es una posición de blancos, de hombres blancos...". Mucho de eso habrá sido su origen, pero no lo es más. A medida que investigaba, esa visión restringida de lo que era un concepto revolucionario, y de lo que es a grandes rasgos, el significante de una vida que no puede ser limitada a un "guión", encontró en mi un nuevo sujeto para llevarla con alegría.
"Queer", esa palabra degradante que es una burla a la gente "rara", que es "rara" incluso para la gente "rara", pasóa ser sinónimo de libertad. Cada día exploro más mis sensaciones, mi representación, mis deseos, y exploro esas comunidades que tienen tanto en común conmigo, pero que no me definen, que no somos nada comunes, que estamos luchando por el derecho a ser diferentes...
Cada día entiendo mejor esa palabra porque me entiendo más. Soy Queer. En el año 2010 empecé a asumirme íntimamente como Queer, ya había dicho que soy "queer-o", que se pronuncia "cuero" y significa que soy dueña y responsable de mi cuerpo y mis deseos de ser amada. Mientras conocía y comprendía la teoría Queer y la comunidad que le dio origen, era tímida en apropiarme del concepto porque no llego a ciertos "niveles de rareza". Pero mi "rareza" requiere algun nombre, algun marco aunque sea amplio para poder explicarse socialemente, lucharse humanamente, vivirse dignamente.
Hoy que entiendo estos sentimientos, estas palabras que hablan del continuum sexual en que he vivido siempre, en medio de dos aguas, pareciendo una cosa y siendo otra, o pareciendo dos cosas, o no siendo ninguna, hoy puedo echarme al ancho mar de lo queer y mandar al carajo a la opresión machista que me ha hecho sufrir toda la vida. Sí, soy una cosa "rara" que hace switch, shift, que es cis-gendered (una mujer, un solo sexo), pero que fluye (una mujer masculina, que se pone las botas, los guantes, el vestido, que camina, que habla "como un hombre" y a tí que te importa). Ahora que me entiendo cada vez más, asumí públicamente mi "etiqueta", la única que no pesa, la que no me impone un guión, la que no me puso nadie más, la que llevo "en la solapa", para que a nadie le queden dudas de que, respecto de mi sexualidad, cualquier duda es posible. Y pal carajo.
Si un hombre no es capaz de salir conmigo por esas "dudas", podría yo dudar de si soy capaz de salir con él. ¿Puede el pensamiento posmoderno ser tan desdoblado que acepte la imbecilidad? ¿El machismo? Supongo que no. Si hay algo revolucionario es ser posmoderna. En ese sentido, como el pensamiento de lo queer me recrea (en sus posibles significados de volver a crear y divertir), terminé por entender que no podía declararme lesbiana ni siquiera por hacerle el juego políticamente a mis hermanas. Porque el peligro de las palabras es que significan.
Antes estaba devorando mis deseos, me estaba atando, estancándome, anclándome a una definición que no me representaba y que de todos modos, tampoco me reportaba placeres. Aquí veo otra asociación de "lo personal es político": si la política detrás de mi etiqueta me obliga a reprimirme, si quiero asumir una etiqueta para poder "legitimar" mi trabajo en una comunidad, esa política es un fraude y un límite inhumano. No acuso a nadie, naturalmente me metí sola en ese lío.
Yo probablemente huí hacia esa comunidad para ser aceptada como "mujer rara", con el deseo de "encajar", de "parecer normal" aunque sea dentro de un grupo "anormal". Pero ellas no me entendieron y no fui "normal" entre ellas. Yo las entendía, pero no quería vivir como ellas, no podía "definirme" y entrar a la dinámica "hembrita-machito" y ser un "machito", que era la propuesta más obvia o "Si quieres gustarle a alguien, tienes que ser más femenina". Al final me quedé con esa opción, pero salí corriendo de allí. ¿Qué caso tiene sufrir del patriarcado y del pensamiento dicotómico aun entre marginadas? ¿Si lo único que no me gusta de los hombres, es el machismo, y está comprobado que el machismo, no es esencialista y afecta tanto a las mujeres, a qué esperaba? Hoy soy más femenina para gustarle a alguien: a mi. Y corro por ahí gustándole a mucha gente más, supongo que simplemente como resultado de un buen cambio de actitud hacia mi misma. Sabiendome Queer, fluyendo en mis expresiones, me liberé de expectativas y de represiones en mi orientación. Ahora no sólo sé que soy libre, lo saben mis amores, las cuerpas, cuerpos, cuerpes que devoro o sueño devorar, ahora también sé que soy Pansexual, y que la belleza es belleza. Lo bello, bella, lo bella y belle. Y digo "belle" y me veo en elle y sé que por ahí andará siendo el amor y sabiendo quién es.
No quiero terminar de escribir* esto, sin aclarar que quiero a todas mis hermanas mujeres, sean lesbianas feministas o no, pero a esas en particular, les estoy agradecida. Finalmente, a través de ellas y de sus luchas fue que se llegó a lo "Queer" en el mundo y a través de ellas fue que yo lo descubrí en mi mundo. Ellas, mis camaradas, todas, unas con alegría y otras aportándome sufrimiento, me ayudaron a entender quien soy y aprendí a conocerme, conocer mi cuerpo, mis emociones, mis decesos, mis deseos, mis sueños. Aprendí a relacionarme sanamente o al menos a relacionarme con la gente. Lo "poco" que me enseñaron era exactamente el mundo infinito de posibilidades de vida que me hacía falta conocer. Soy una mujer rara y muchas gracias a todas, a todes y a todos. SOY RARA, SOY QUEER Y HABER ACEPTADO QUE SOY RARA ES UN GRAN ALIVIO, ahora no puedo más que ser lo más raro del mundo, ser amor puro sin etiqueta, sin condimento, sin fecha de caducidad.
*Corregir como por quinta vez
"Queer", esa palabra degradante que es una burla a la gente "rara", que es "rara" incluso para la gente "rara", pasóa ser sinónimo de libertad. Cada día exploro más mis sensaciones, mi representación, mis deseos, y exploro esas comunidades que tienen tanto en común conmigo, pero que no me definen, que no somos nada comunes, que estamos luchando por el derecho a ser diferentes...
Cada día entiendo mejor esa palabra porque me entiendo más. Soy Queer. En el año 2010 empecé a asumirme íntimamente como Queer, ya había dicho que soy "queer-o", que se pronuncia "cuero" y significa que soy dueña y responsable de mi cuerpo y mis deseos de ser amada. Mientras conocía y comprendía la teoría Queer y la comunidad que le dio origen, era tímida en apropiarme del concepto porque no llego a ciertos "niveles de rareza". Pero mi "rareza" requiere algun nombre, algun marco aunque sea amplio para poder explicarse socialemente, lucharse humanamente, vivirse dignamente.
Hoy que entiendo estos sentimientos, estas palabras que hablan del continuum sexual en que he vivido siempre, en medio de dos aguas, pareciendo una cosa y siendo otra, o pareciendo dos cosas, o no siendo ninguna, hoy puedo echarme al ancho mar de lo queer y mandar al carajo a la opresión machista que me ha hecho sufrir toda la vida. Sí, soy una cosa "rara" que hace switch, shift, que es cis-gendered (una mujer, un solo sexo), pero que fluye (una mujer masculina, que se pone las botas, los guantes, el vestido, que camina, que habla "como un hombre" y a tí que te importa). Ahora que me entiendo cada vez más, asumí públicamente mi "etiqueta", la única que no pesa, la que no me impone un guión, la que no me puso nadie más, la que llevo "en la solapa", para que a nadie le queden dudas de que, respecto de mi sexualidad, cualquier duda es posible. Y pal carajo.
Si un hombre no es capaz de salir conmigo por esas "dudas", podría yo dudar de si soy capaz de salir con él. ¿Puede el pensamiento posmoderno ser tan desdoblado que acepte la imbecilidad? ¿El machismo? Supongo que no. Si hay algo revolucionario es ser posmoderna. En ese sentido, como el pensamiento de lo queer me recrea (en sus posibles significados de volver a crear y divertir), terminé por entender que no podía declararme lesbiana ni siquiera por hacerle el juego políticamente a mis hermanas. Porque el peligro de las palabras es que significan.
Antes estaba devorando mis deseos, me estaba atando, estancándome, anclándome a una definición que no me representaba y que de todos modos, tampoco me reportaba placeres. Aquí veo otra asociación de "lo personal es político": si la política detrás de mi etiqueta me obliga a reprimirme, si quiero asumir una etiqueta para poder "legitimar" mi trabajo en una comunidad, esa política es un fraude y un límite inhumano. No acuso a nadie, naturalmente me metí sola en ese lío.
Yo probablemente huí hacia esa comunidad para ser aceptada como "mujer rara", con el deseo de "encajar", de "parecer normal" aunque sea dentro de un grupo "anormal". Pero ellas no me entendieron y no fui "normal" entre ellas. Yo las entendía, pero no quería vivir como ellas, no podía "definirme" y entrar a la dinámica "hembrita-machito" y ser un "machito", que era la propuesta más obvia o "Si quieres gustarle a alguien, tienes que ser más femenina". Al final me quedé con esa opción, pero salí corriendo de allí. ¿Qué caso tiene sufrir del patriarcado y del pensamiento dicotómico aun entre marginadas? ¿Si lo único que no me gusta de los hombres, es el machismo, y está comprobado que el machismo, no es esencialista y afecta tanto a las mujeres, a qué esperaba? Hoy soy más femenina para gustarle a alguien: a mi. Y corro por ahí gustándole a mucha gente más, supongo que simplemente como resultado de un buen cambio de actitud hacia mi misma. Sabiendome Queer, fluyendo en mis expresiones, me liberé de expectativas y de represiones en mi orientación. Ahora no sólo sé que soy libre, lo saben mis amores, las cuerpas, cuerpos, cuerpes que devoro o sueño devorar, ahora también sé que soy Pansexual, y que la belleza es belleza. Lo bello, bella, lo bella y belle. Y digo "belle" y me veo en elle y sé que por ahí andará siendo el amor y sabiendo quién es.
No quiero terminar de escribir* esto, sin aclarar que quiero a todas mis hermanas mujeres, sean lesbianas feministas o no, pero a esas en particular, les estoy agradecida. Finalmente, a través de ellas y de sus luchas fue que se llegó a lo "Queer" en el mundo y a través de ellas fue que yo lo descubrí en mi mundo. Ellas, mis camaradas, todas, unas con alegría y otras aportándome sufrimiento, me ayudaron a entender quien soy y aprendí a conocerme, conocer mi cuerpo, mis emociones, mis decesos, mis deseos, mis sueños. Aprendí a relacionarme sanamente o al menos a relacionarme con la gente. Lo "poco" que me enseñaron era exactamente el mundo infinito de posibilidades de vida que me hacía falta conocer. Soy una mujer rara y muchas gracias a todas, a todes y a todos. SOY RARA, SOY QUEER Y HABER ACEPTADO QUE SOY RARA ES UN GRAN ALIVIO, ahora no puedo más que ser lo más raro del mundo, ser amor puro sin etiqueta, sin condimento, sin fecha de caducidad.
*Corregir como por quinta vez
Welcome! thank you for being bold and courageous. you are unstoppable and unmessable.
ResponderEliminarGracias Dee. Estoy buscando entenderme y ser feliz porque eso es lo que quiero crear en el mundo. Gracias por ayudarme a ser feliz conociendo y respetando mi historia :D
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