Simplemente que arde

A JJ, uno de mis amiguitos amados.


El buen amor, el que arde,
el que se siente por debajo de la ropa,
en una esquina de parque,
en el vórtice de un prejuicio,
al filo de un tormento,
déjamelo ahí,
derramándose impúdico, dedicado, delicado.
Intensa carrera desde el principio de los tiempos
que decidimos contar, imposibles,
reclamo que colisiona con su origen
en el futuro que propongo.
La masa y la forma de la masa,
propone a su vez alguna sabrosa eternidad.

Estoy sintiendo el beso sobre mi ojo
casi como el beso sobre mi vista,
esencial, casi esencial,
tu lengua es la lengua en la que hablan los curiosos,
toda la lengua
que quiero conocer
para hablar de las noches de donde venimos.

Te quiero, pero no quiero,
te deseo, pero no deseo.
Esencial, casi esencial, más que todo eso…
Nada casual
que aparezca entre tú y yo un nexo,
que ha estado allí siempre,
que lo nombremos para que exista,
que lo acaricie para que aprenda
las distancias infinitas en este camino...
Esencial, casi esencial,
mítica sencillez mirando de frente,
preguntándome qué había sido de mi
bajo la cruceta de la diosa inmóvil,
qué será de mi cuando maneje estos hilos
tensos de mí desde mí.

Esencial, casi esencial,
que nos despertemos en medio del cielo
porque al amor lo dejamos ahí,
porque lo vimos en la línea continua,
porque lo echamos a andar,
porque lo compartimos
para saber simplemente que arde
porque lo tenemos dentro.




Poema sexy-queer-infinito que me despertó un amiguito por ahí hace un par de semanas y que pude terminar hoy. Aunque no le guste la salsa: "El amor déjamelo ahí"...Lo importante es que arda, ninguna otra cosa importa demasiado.

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